Viendo la reacción de los mercados de hoy me han venido a la cabeza dos cosas (una con ayuda de un buen amigo), la primera la reacción al Plan Paulson que metió 700.000 millones de dólares para «salvar al sistema», que provocó un rebote brutal contra la tendencia bajista dominante entonces pero que se desvaneció como un azucarillo en un vaso de agua caliente unos días después, y la segunda un artículo que publiqué con el título «Las burbujas y el juego de la silla» en agosto del 2010, más que porque piense que estemos en una burbuja (que tampoco lo descarto), porque la música sigue sonando.
El plan de hoy suena a lo mismo, políticos desesperados buscando un impacto mediático con grandes cifras, que miradas en perspectiva no lo son tanto, con la intención de que la música siga sonando, ¿hasta cuando?. Buscan además cifras redondas y contundentes, ¡un billón de euros! nos dicen, pero ¿es suficiente?. Para España, Portugal, Irlanda y Grecia quizás, pero si sumamos Bélgica ya la cosa está más apretada y con Italia es claramente insuficiente. ¿A alguien le queda alguna duda de que la presión sobre Italia seguirá tarde o temprano?, ¿acaso va a desaparecer su deuda de la noche a la mañana?. Esta misma mañana el BCE estaba comprando su deuda en el mercado, ¿hasta cuando va a poder seguir haciéndolo?.
El otro día oí algo que me preocupó bastante, al ministro alemán de finanzas afirmando que había que tomar medidas para que la crisis que había en los mercados no se trasladara a la economía real. A lo que se ve, este tío no tiene ni puñetera idea de qué va la cosa o lo sabe y miente, que no se qué es más preocupante.
No es que los mercados hayan afectado a la economía real, sino que la situación económica y fiscal de los países ha afectado a los mercados. Los países se han sobreendeudado quitando crédito a empresas y particulares, lo que ha provocado una contracción del crédito al consumo a favor del crédito para tapar agujeros (poco productivo). Si se falla en el diagnóstico, ¿como se va a acertar con la solución?.
Por otra parte, los mercados han perdido contacto con la realidad, y así vemos como cuando quiebra un país lo celebran, o con un ejemplo más concreto, Santander y BBVA publican resultados por debajo de las estimaciones del mercado, aumentan provisiones por morosidad, tienen que ampliar capital por exigencia de Bruselas y lo celebran subiendo entre el 4 y el 5%, pues vale.
La música sigue sonando y los actores siguen dando vueltas y bailando alegremente, pero tarde o temprano se parará y más de uno se dará cuenta de que no tiene donde sentarse.